Encontrando ritmo en tu ausencia
Vale, creo que el poema que más he disfrutado construyéndolo ha sido el de verso libre (o séase, éste). Lo malo es que me descubrí formando versos endecasílabos —y rimas— inconscientemente. Lo desagradable (a mi parecer) es que ha sacado mi lado cursi, el cual juro no tener.
Antes que todo y después que nada, es acerca de la amistad —estoy peleada con el amor de pareja, no creo en su existencia—. A pesar de no ser cursi, cuando lo leí en voz alta sí me llegó. Qué sensible resulté...
AUSENCIA
https://vidaelsalvador.files.wordpress.com/2013/05/ec9e9545eb02ad0fb55bbead6de55964.jpg?w=640 |
Por Natcisa
Nos conocimos un cuatro de marzo,
tú, sin dudarlo, decidiste ignorarlo.
Mientras la multitud hablaba sin pensar,
tú, sin inmutarte,
te fuiste hacia atrás,
y yo, intentándolo,
no lo pude ocultar.
Traté de jugar tu misterioso juego
convencida de ganar en lo que fuese,
mas caí directo en tu trampa,
pues no supe descifrar los niveles.
Nos conocimos un cuatro de marzo,
pero ya para el nueve de mayo,
tú, sin pensarlo,
ya confiabas en mí,
y yo, notándolo,
ya no sufría por ti.
Podíamos estar en silencio
sólo con nuestros pensamientos.
Me veías mientras existía,
y te veía mientras dormías.
Te reías de mi triste cantar,
y me reía de tu alegre silbar.
No vimos cuando los meses volaron,
¿no era apenas nueve de mayo?
Distancia entre tú y yo no había,
pues tan sólo un suspiro nos dividía.
Prometiste mantenerte en contacto,
mas debiste firmar un contrato,
pues ya murieron varios gatos
y te juro, ninguno de ellos fue grato.
Nos conocimos un cuatro de marzo,
pero ya para el diez de abril,
tú, sin quererlo,
te habías olvidado de mí,
y yo, sin remedio,
intentaba olvidarme de ti,
Me resultaba tan imposible,
¿acaso no escribo ya inspirada sobre ti?
Me moriría si leyeras esto,
pues nada de esto ya siento.
Aunque consiguiera tenerte cerca,
no valdría ni mil perlas negras.
Nos conocimos un cuatro de marzo
y el pastel más de una vela ya lleva.
No puedo confiar en tu perfume,
pues parece que cada hombre te tiene.
Y esto se ha vuelto un martirio,
hasta la calavera lo lleva en su frente.
Heme aquí pensando en tu esencia.
Heme aquí encontrando ritmo en tu ausencia.
Y heme aquí, extrañando tu pura presencia.
Bajo el fuete de la costumbre,
ando tamborileando sin capataz.
Aún no quiero terminar de saber,
cómo solías calmar sin compás,
mas nos conocimos un cuatro de marzo
y no entiendo por qué cerca de mí ya no estás.
Puede que haya sentido que me quedó hermoso o que encontré buen ritmo, mas me gustaría —si alguien lo lee, claro— me dijese qué onda con el ritmo o si parece poema.
¡Nos seguimos leyendo!
Nos conocimos un cuatro de marzo,
Update
Vale, el Dr. Sergio ha leído mi poema enfrente de la clase y resultó no ser del todo un poema de verso libre, puesto que formé muchas rimas y otros detallitos, lo cual supe desde el inicio. A pesar de esto, intenté editarlo y el resultado está aquí abajito, pero no ha sido de mi total agrado. Por lo que, en vez de destrozar este poema, he decidido hacer uno desde cero y está en Para triunfar en verso libre 2.0.
AUSENCIA (EDITADO)
Por Natcisa
Nos conocimos un cuatro de marzo,
decidiste ignorarlo sin siquiera dudar.
Hablaban por doquier,
pero tú, sin inmutarte,
te fuiste,
y yo, intentando ocultarlo,
no hice más que llorar.
Traté de jugar tu misterioso juego
convencida de ganar en lo que fuera,
mas caí directo en tu trampa,
pues no supe descifrar los niveles.
Nos conocimos un cuatro de marzo,
pero ya para el nueve de mayo,
tú, sin pensar,
ya confiabas en mí,
y yo, notándolo,
no supe como responder.
Podíamos estar en silencio
sólo con nuestros pensamientos.
Te reías de mi triste cantar
y me reía de tu alegre silbar.
y me reía de tu alegre silbar.
No vimos cuando los meses volaron,
¿no era apenas nueve de mayo?
Distancia entre tú y yo no había,
pues nos dividía tan sólo un suspiro.
Prometiste mantenerte en contacto,
mas un contrato debiste firmar,
pues ya murieron varios gatos
y te juro que pasto donde enterrarlos ya más no queda.
Nos conocimos un cuatro de marzo,
pero ya para el diez de abril,
tú, sin quererlo,
de mí te habías olvidado,
y yo, sin remedio,
intenté hacer lo mismo.
Me resultaba tan imposible,
¿y es que acaso no escribo ya sobre ti?
Me moriría si leyeras esto,
pues de esto ya nada siento.
Aunque tenerte cerca consiguiera,
no valdría ni mil perlas negras.
Nos conocimos un cuatro de marzo
y el pastel más de una vela ya lleva.
Y es que no puedo confiar en tu perfume, pues parece que cada hombre te tiene.
Y es que esto se ha vuelto un martirio, pues hasta la calavera lo lleva en su frente.
Heme aquí pensando en ti.
Heme aquí sufriendo sin saber por qué.
Y heme aquí, encontrando ritmo en tu ausencia .
Bajo el fuete de la costumbre,
ando tamborileando sin capataz.
Aún no quiero terminar de saber,
cómo solías calmarme al hablar,
mas nos conocimos un cuatro de marzo
y aún no entiendo por qué cerca de mí
ya no estás.
ya no estás.
Varios versos me inspiraron por lo que estoy viviendo. Encuentro algunos muy agusto a mi oídos pues en el ritmo lo voy sintiendo.
ResponderEliminar